Crítica de la película VICTORIA, o cómo se empieza robando unas cervezas y se puede acabar como Bonnie & Clyde

Dir: Sebastian Schipper | Int: Laia Costa, Frederick Lau, Franz Rogowski, Max Mauff, Burak Yigit, Nadja Laura Mijthab | Alemania 2015 | 140 min. ****
Puede contener spoilers

Por Juan

Una noche, Victoria, una joven madrileña de 20 años recién llegada a Berlín, decide irse de marcha con una cuadrilla de 4 jóvenes desconocidos y borrachos.

Desde el primer momento intuyes que todo lo que está decidiendo la protagonista es una mala idea, pero no puedes imaginar hasta dónde le va a llevar su atracción por el abismo. El espectador tampoco lo puede sospechar. La forma en que el actor y director Sebastian Schipper rueda su historia, un magistral "falso" plano secuencia de 140 minutos sin cortes detectables, te mete en la acción como si fueras un personaje más. Y eso te hace vivirla muy pegado a ellos. Entre las 4 y las 6 de la mañana, acompañas a los chicos en su plan secreto por el barrio de Kreuzberg.

Victoria, interpretada brillantemente por la actriz catalana Laia Costa, se convierte en una kamikaze girl que exasperará a muchos y que se ha ganado un sitio entre las femme fatale más jóvenes del cine. Sonne (Frederik Lau es una versión teenager de Marlon Brando) es un casanova, obligado por las circunstancias a demostrar que es más duro de lo que realmente es. De la manera más tonta, como en la vida, los 5 jóvenes se meten en un fregado que les viene muy grande.

Una historia sobre la deriva noctámbula y existencial de los adolescentes, que recuerda a veces a Rebeldes sin causa y a otras cintas generacionales míticas donde los jóvenes cruzan las líneas rojas hacia lo prohibido, y cuanto más fronteras se cruzan, más fuerza tiene el poder de atracción. No recomendable para madres o padres ansiosos, con hijos/as viviendo en el extranjero. INPERDIBLE.