Por Juan
Lynne Ramsay es una realizadora con un talento especial. Es capaz de gestionar la energía negativa que transmiten sus personajes con una maestría sin igual. Recordad por ejemplo Tenemos que hablar de Kevin (2011), la historia sobre un hijo psicópata y el sufrimiento de sus padres. La directora escocesa cuenta con imágenes, no con palabras, y hace algo similar en su último film En realidad, nunca estuviste aquí; toma todo ese mal karma que transmite el personaje de Joaquin Phoenix, le da forma y lo propaga por toda la película. Esa energía, evidentemente, es transmitida en realidad por el actor Joaquin Phoenix, firmando uno de sus papeles más descarnados y violentos. Lo potente de su personaje y de su interpretación es que en el fondo de Joe late una gran ambivalencia, su dureza esconde un ser que se autocastiga de manera implacable. Tal vez por eso es tan interesante su misión y su trabajo, es un asesino a sueldo, pero a la vez es un "salvador" de mujeres maltratadas. En este sentido, a mí la película no me recuerda a Taxi Driver, a pesar de algunas similitudes entre los protagonistas y entre el estilo de Ramsay y Scorsese. El guión, que junto a Phoenix fue premiado en Cannes, siembra dudas que no acaba de esclarecer al final. A pesar de ello, la cámara de Ramsay es como un martillo percutor. INPERDIBLE.
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