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Lars Von Trier pone en órbita Melancolía, un planeta (y un estado de ánimo) que probablemente acabe con La Tierra. Y en paralelo, pone en juego el microcosmos de dos hermanas antagónicas, cuyas trayectorias están inexorablemente unidas, y que también navegan decididas hacia la autodestrucción.
Este film es, sin duda, uno de los más bellos del controvertido cineasta danés, un alegato sobre la “autodestrucción”, como filosofía: los vínculos familiares que atan y destruyen, los jefes que gobiernan a seres subordinados a su poder, la fraternidad mal entendida, la desesperanza y la desolación.
Con este material existencial, Lars Von Trier construye una dialéctica subyugante. Contra el frenesí de las escenas de la boda, que representan la huida de los personajes de sí mismos, propone imágenes pictóricas del poder de Melancolía, estampas casi sin movimiento, como si quisiera anunciar con ese ralentí, la parada definitiva que se acerca, el fin último y total. Si ocurre, ¿qué sentido tendrá seguir huyendo de uno mismo, o huir para salvarse?
Kirsten Dunst, en el papel de Justine, su mejor interpretación hasta la fecha, dice en un momento del film: “La vida en la tierra es malvada y nadie se va enterar de su desaparición.” INPERDIBLE total.
J
Ni que me lo juréis. Lars Von Trier, ni muerta.
ResponderEliminarNo te la pierdas. Es para NO-fans de Lars von Trier.
ResponderEliminar¡Dios mío! ¿Por qué os haré caso en contra de la experiencia y el sentido común? Me ha parecido IN-sufrible. Menos mal que acaba bien, lo que más gusto da es el final. Mardito Von Trier, ojalá lo pille un meteorito.
ResponderEliminarJajaja!! Si no te ha gustado ésta, no te recomendaremos, más, Laura. Lo tuyo con Trier es ya algo personal entre vosotros, ni un meteorito podría arreglarlo...
ResponderEliminarCoincido contigo en que el final es buenísimo. ;)