Por Anton
Por primera vez una película de animación compite en la Sección Oficial de Donostia por la Concha de Oro. La última del maestro del anime Mamoru Hosoda no ha dejado indiferente a la audiencia. Es una maravillosa que sin duda gustará a los pequeños pero que también encantó a los mayores, por lo menos a los que llenaban el Kursaal en el pase mañanero, pues obtuvo una gran ovación. Bakemono nos cuenta la niñez de Kyuta, niñez y adolescencia, un niño que vive dos realidades paralelas, que Hosoda ensambla de manera magistral. La historia, del mismo Hosoda, es emotiva, aunque nada sensiblera, y llena de matices difíciles de plasmar con la maestría que consigue la película. Espectaculares imágenes, las finales con la ballena, Moby Dyck deslizándose por un abarrotado Shinjuku. Una gozada. INPERDIBLE.
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