Por Anton
Última película del autor de E.T. en la que da rienda suelta a ese mundo de fantasía con niño, en este caso niña, por el que tanto aprecio tiene. Aunque no pienso que sea un film muy infantil. Esta vez basado en un relato de Roald Dahl, lo que añade algo de oscuridad a la historia, así como esa constante en el mundo de Dahl, la puesta en solfa de todo tipo de autoridad. Es una película deliciosa, de esas para disfrutar, que aunque no llegue al nivel magistral de otros trabajos de su director, es un film notable. Dos únicos actores llevan el peso de la historia hasta casi el final, excelentes ambos, la desconocida y estupenda Ruby Barnhill y el excelente Mark Rylance, interprete también del anterior film de Spielberg, El Puente de los Espías, aquí en el papel del bondadoso gigante. El sorprendente giro final de la película, con la divertidísima secuencia en el palacio real, con una reina también muy divertida. Quizás no sea lo mejor de Spielberg, pero eso no quita que sea una gozada de película.
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