Crítica de la película STEFAN ZWEIG: ADIÓS A EUROPA, emocionante reconstrucción impresionista del exilio de unos de los escritores más famosos del siglo XX *****

Dir: Maria Schrader | Int: Josef Hader, Aenne Schwarz, Barbara Sukowa, André Szymanski, Matthias Brandt | Austria 2016 | 106 min.
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Por Juan 
No se trata de un biopic al uso. La actriz y directora Maria Schrader elige 5 momentos clave del exilio del escritor austriaco Stefan Zweig, de 1936 a 1942, tras abandonar Berlín. Esas 5 secuencias, en diferentes países y con diferentes personajes, son piezas de una odisea impresionista, de un mosaico de la vida, no solo del autor, sino de una Europa aguijoneada por la guerra y la xenofobia antijudía. Esa guerra que, vista desde el lejano y pacífico exilio, ofrece una perspectiva diferente. Es la mirada del espectador en la última fila del gallinero, al que no le salpica la sangre, pero le llega el olor de la muerte. Y desde luego es la mirada del actor Josef Hader, que intenta huir sin suerte del detalle del horror. En cada plano, con su mirada y su silencio, te hace sentir que lo crucial es lo que no se ve o no se cuenta, los amigos que faltan o no han podido llegar, el telegrama urgente que ha de enviar a alguien al otro lado del Atlántico, el último titular del New York Times.
Schrader reconstruye así, con una sutileza y una fuerza que te atrapan, la foto de ese momento histórico y personal del escritor. Hay una sinceridad arrolladora, por la aparente sencillez en la interpretación, y desde luego por una puesta en escena que es como un baile natural de personajes y escenarios, digno de Bergman o Welles. El guión tampoco usa ni abusa de estridencia alguna, ni cae nunca en el melodrama, a pesar de la tragedia que viven sus protagonistas, exiliados, huidos e impotentes ante un mundo que se desmorona. ¿Qué puede hacer uno de los escritores más famosos de la época, aparte de usar sus contactos para ayudar a huir a otros amigos judios de la Alemania nazi? Stefan Zweig vive con pesimismo y probablemente culpabilidad, el desastre mundial; y también el personal, al verse obligado a empezar en otro lugar, lejos de su patria, con más de 60 años. A pesar de la buena acogida de los países, de la demanda de su presencia en congresos de escritores, a pesar del afecto y los numerosos apoyos con los que cuenta, a pesar de su encantadora y leal segunda esposa (interpretada por Aenne Schwarz), Zweig tiene el ánimo negro. Transita en la luz de las selvas de Brasil y en el apartamento de su primera mujer (una inolvidable Barbara Sukowa que es como la voz de la memoria y de la conciencia), en un Nueva York helado y desierto. Pero Stefan Zweig no encuentra las fuerzas para volver a empezar de nuevo.
La última secuencia es la mejor prueba del talento de la directora, que utiliza el espejo de una armario que se abre, para mostrar un momento de profundo dolor. Emocionante y bella, no te pierdas esta perla cinematográfica. INperdible.