Por Anton
Cédric Klapisch es un exitoso director francés, Una Casa de Locos tuvo muy buena acogida en España, dicen que con Nuestra Vida en la Borgoña ha hecho su, hasta ahora mejor película. La verdad es que para mi ha sido una sorpresa muy agradable. Sin ser una gran película, es muy entretenida y trata temas como la familia y la amistad, sin pedantería.
Jean vuelve a su pueblo de la Borgoña, tras haber pasado varios años recorriendo mundo, pues su padre está hospitalizado. Sus hermanos son los que se encargan del viñedo, sobre todo la hermana. Paulatinamente, Jean les pone al corriente de su vida, a la vez que él se va enterando de lo que ha ocurrido en la familia, desde que se marchó...
Es una película intimista, en la que Klapisch se mueve como pez en el agua, en la que todo parece estar en su sitio. Una fotografía excelente encuentra unos paisajes de la Borgoña que te dejan sin aire. Unos actores excelentes, incluida nuestra compatriota María Valverde, consiguen implicarnos en la historia. No es una obra maestra, pero tampoco le hace falta, sales del cine contento de haberla visto, que tampoco está nada mal.
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