Por Juan Egia
Hereditary consigue que todos los horrores y temores de los
personajes resuenen en nuestra cabeza como hipótesis plausibles. Sí, aterra
pensar que podríamos estar perdiendo la cabeza, como le ocurre a alguno de los personajes.
Y hablando de "perder la cabeza", toda la película, de principio a
fin, juega con este concepto, textual y metafóricamente
Cuando oímos una voz o un ruido en la casa mientras dormimos, cuando vemos la sombra que dibuja la ropa encima de la silla, cuando dudamos si ha sido real o un sueño... Tal vez esto sea lo más terrorífico de Hereditary, que fusiona de una manera magistral la frontera entre qué es real y qué pertenece a un mundo tan aterrador, que nos gustaría estar alucinando.
Desde La semilla del Diablo (Roman Polanski, 1968), El Exorcista (William Friedkin, 1973) o El resplandor (Stanley Kubrick, 1980), no se había rodado un film que acojonara tanto como Hereditary. Su joven director Ari Aster, obsesionado con las pelis de terror, toma recursos clásicos del género, como los espíritus, las sectas diabólicas y las posesiones, y los actualiza con desparpajo. Las casas de muñecas ahora son
maquetas en miniatura hiperrealista que crea la artista interpretada por Toni Collete (en un registro desconocido hasta la fecha); la
niña desvalida que está en peligro, nos recuerda a la niña amenazada por el monstruo de El doctor Frankenstein (James Whale, 1931), sólo que aquí es una niña de cara deformada, que hace ruidos con la boca y que da más miedo que cualquier criatura imaginada por Mary Shelley (qué hallazgo la actriz-niña Milly Shapiro). Igualmente, las sesiones de espiritismo con tablas de ouija y velas en mansiones
victorianas, ahora se hacen en la cocina, de día y con la compra
encima de la mesa. Y no podemos olvidar a ese adolescente un poco pringao que comete un terrible error, interpretado por Alex Wolff, y que empieza a cargar con una culpa que le carcome y oye voces y le pasan cosas... imposible no mencionar a otro que perdió la cabeza en un hotel aislado, me refiero a Jack Nicholson en El resplandor.Este terror cotidiano que sucede en las aulas, en los parques y en las casas a plena luz del día, es un terror psicológico nuevo que genera una perturbadora sensación de constante amenaza. Que se cuela de manera telepática en las cabezas de esta familia y en la tuya.
¿Los espíritus existen? No lo sé, pero los fantasmas, las presencias y el horror te impregna de tal manera que cuando sales de la película lo primero que te preguntas es: ¿hoy duermo solo/a? Ni de coña. Super INPERDIBLE.
Comentarios
Publicar un comentario
Déjanos aquí tu opinión, tu sugerencia, tu discrepancia... o simplemente, un saludo... No te cortes.