Por Anton
El caso Dreyfus fue muy sonado en la Francia de finales del siglo XIX. Un escándalo que provoco el J'accuse de Emile Zola y acabo, al cabo del tiempo, con una casta militar corrupta. Todo esto es lo que cuenta el último film de Roman Polanski. Multipremiada en el último Festival de Venecia, es un trabajo de plenitud. Un trabajo de dirección impecable, con un dominio total de lo que nos cuenta, y sobre todo de cómo nos lo cuenta.
Polanski dá una visión fría de lo ocurrido, sin dejarse llevar por los sentimientos. Aunque dejando muy claro de quien fue la víctima y denunciando la corrupción que se infiltró en parte de la cúpula militar francesa. Actuaciones admirables, con un excelente Jean Dujardin. Como decía, un Polanski en la culminación de su admirable obra.
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