Por Juan
Se ha escrito mucho sobre la última película de Tarantino y la verdad es que cuenta con una legión de fans y otra de detractores. Yo me declaro fan. Detrás de su película está el talento del Tarantino guionista, que reinventa la dialéctica de la narrativa cinematográfica, creando una nueva relación entre el director y el espectador. Esta vez, Tarantino juega con un suceso ocurrido en 1969 que está en el imaginario social de América y de medio mundo: el asesinato de Sharon Tate y de cuatro de sus amigos, a manos de la Familia Manson.
Pero quienes protagonizan el film son un actor de western de TV bastante capullo, pero divertido (Leonardo DiCaprio) y su colega, un especialista de pocas palabras y mucha acción (Brad Pitt), ambos magníficos personajes y actores. Brad ya se ha llevado el Globo de Oro por su interpretación.
Tarantino muestra su particular visión de aquel Hollywood sesentero de sex, drugs and rock and roll; de una América que se recrea siempre en la violencia, y donde su cine encuentra su hábitat natural... Y desde ahí, otra vez, Tarantino vuelve a exprimir la idea del "gustoso" sabor de la venganza.
Escenas como la pelea con Bruce Lee o la secuencia de la matanza, imprimen el sello pulp tan característico del director. Una perla controvertida, como todo su cine, inperdible... y muy larga.
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